20 de Agosto de 1985

Si, un martes de hace 24 años y pico, nací. Una isla con encanto me dio la bienvenida a este mundo. Un mundo que me recibió con un nudo en el ombligo y una palmada en el culo… sólo era un aviso de lo que podría encontrarme a lo largo de mi vida. Trabas y hostias, que debían ser compensadas por felicidad y alegría. Nadie dijo que fuera a ser fácil…

Once años en las islas, viajando un par de veces al año a la península para ver a la familia. Vacaciones en el sur de la isla. ¿Dónde esta el problema? Cuando eres joven no hay problemas salvo que se acabe el ketchup (en mi caso la mayonesa) o que no te inviten a una fiesta de cumpleaños. Pero para ti ese es tu problema, tu gran molestia.

Llegué a Alicante con 11 años, no fue fácil. Nueva gente, nuevo sitio… era hora de adaptarse.

Con 15 años entré en Protección Civil. Una experiencia que realmente llenó mi vida. Ayudando a minusválidos a bañarse encontré una pequeña vocación en mí, me sentía bien ayudando a los demás y siendo recompensado con una sonrisa o a veces con un:
-pero que chico más guapo y más majo!!- A los 16 años empecé a hacer mis pinitos en la hostelería para conseguir sufragar mis pequeños gastos. Moviéndome en ese mundillo vi que tienes que ser avispado. Conocí la ley del mínimo esfuerzo y del escaqueo. Pero fui capaz de ir por el buen camino, y trabajar “duro”. Poco a poco fui trabajando más y más y ya con 18 el trabajo fue más serio. Trabajaba en un mesón con muchísima frecuencia, y mi trabajo era muy valorado.

Entre medias algunos escarceos como malabarista, profesor de tenis, transportista… y empecé la universidad. Un primer año conociendo gente, disfrutando, y estudiando (al menos en el segundo cuatrimestre que en el primero patiné bastante). Empecé el segundo año de carrera y abandoné mi soltería. Tiempo después, cuando me quedaba poco para acabar la carrera, me planteé la posibilidad de vivir una bonita experiencia en Bilbao junto a Janire. Así que me decidí y me marché. Una experiencia de unos 9 meses, hasta que se acabó el amor, y volví a casa.

Ya había finalizado mi carrera, era hora de buscar trabajo. Pero con mi currículo complicado. Conocí a Bea, con la que compartí un año maravilloso de mi vida. Durante el cual realicé trabajos mil hasta que acabé en una gran empresa dedicada a la informática. Sueldo pésimo, malas caras, mucha exigencia sin ser recompensada… Lógicamente no era para mí. Otra vez a buscar trabajo. Vamos a probar como teleoperador y en una empresa de subasta de coches preparándolos para subastarlos.

Entre medias búsqueda de piso, 6 meses con Parra en nuestro pequeño hogar, 6 meses increíbles. Después en casa de Mary y Lore, poco tiempo pero muy gratos recuerdos, y por fin con un trabajo decente, con buena gente, aunque sólo por un mes (sustitución de vacaciones).

Siempre quise irme de Erasmus, pero no tuve la ocasión. Así que me plantee la posibilidad de irme unos meses fuera para aprender inglés. La idea inicial era Londres, durante el verano. No pudo ser, así que empecé a mover el tema de aupair. Jamás pensé que acabaría en Australia, durante 10 meses.

Este es un mínimo resumen de mi vida. Os escribo esto porque en este camino que he recorrido habéis estado presentes vosotros, y soy como soy gracias a vosotros. Unos más y otros menos, pero habéis formado parte de mi vida y os estoy muy agradecido. No se si será la nostalgia por estar tan lejos, o que se acerca la navidad, pero, como el autor de una novela, quiero lanzar mis agradecimientos…

Gracias a puro, parra y pepe por estar presentes en mis mejores recuerdos, así como en mis mejores planes futuros.

Cristian y Sara por ser tan especiales, y ayudarme siempre tanto (a mí y a mi madre), especialmente cuando viví en Bilbao.

A Mentxu por tratarme como a un hijo más.

A Janire por hacerme vivir tan gratas experiencias, y dejarme madurar contigo.

Urko, Pablo, Jorge, Ieltxu… gracias por dejaros querer y aceptarme como uno más.

A Aída por ser mi pequeño confidente.

A Bea porque en un año he sentido cosas maravillosas. Gracias por saber quererme y saber perdonarme.

A las niña (las indias) por los momentos vividos en vuestro piso.

A Toni, por lo que fuiste…

A Charro por ser ese pilar en el que siempre he podido apoyarme, y ser tan buena gente.

A Marga porque esos cafés en tu casa hablando del pasado y del futuro no tienen precio…

A Paco Avendaño y Maria José por cuidarme siempre tan bien, dejaros querer y ser tan especiales. Nunca pedís nada a cambio y regaláis vuestro corazón.

A Loli y familia por ser siempre tan especiales.

A Ger por ser un referente en mi vida y ser mi pequeño ángel de la guarda en el último año de instituto.

A Isa por ser siempre como una hermanita mayor.

A Tito por esas charlas en el parque, tu comprensión, tu ayuda…

A Páprika/Rentxu por hacerme pasar unos meses increíbles en nuestro piso y ser tan cercano.

A Er Maradona por estar siempre ahí. Y tener siempre buenos consejos y detalles.

A Mary por cuidarme tanto, en Australia y tb mi último mes, allanaste mi camino.

A Loreto porque vivo esta experiencia gracias a ti. Gracias por portarte siempre tan bien.

A Juanmi y Pilar por hacerme ver la teoría del Gin Jan (en una empresa de mierda siempre hay buena gente, y al revés; lo podemos extrapolar al mundo, a la vida…)

A Elia, por hacerte un hueco entre mis amistades con esas charlas nocturnas en msn…

A Patri, por ser mi amor idílico que logré rozar con mis dedos y siempre, pese a la distancia que nosotros mismos creamos, estas ahí.

A Pichu, Estiben y Michel, vuestras tres semanas aquí en Melbourne fueron como un golpe de aire fresco.

A Eli, esa catalana afincada durante un añito en Melbourne con la que tan bien me entiendo.

A Borja, por saber rescatar ese granito de amistad que quedó en nosotros y hacerlo crecer.

A mi familia, por confiar en mi y hacerme sentir especial.

A la familia Huertano II, por cuidar tan bien a mi madre y recibirnos siempre con una sonrisa.

A Alfonso Sánchez por hacerme ver que aún queda buena gente. Gracias de verdad por ponerme las cosas tan fáciles ese mes y ser tan agradable y atento.

A Ainhoa porque siempre puedo contar contigo. Y tienes buenas y sabias palabras para todo.

A la familia Reig Sogorb por cuidarme y recibirme siempre con los brazos abiertos.

A Kylie por ponerme todo tan fácil y querer ver siempre una sonrisa en mi cara.

A mis padres, porque sin ellos… no existiría.


Muchos de los que he mencionado jamás lo leerán, y algunos de los que lo leerán quizás no está. Ha pasado mucha gente por mi vida, pido disculpas.

No sólo quiero agradeceros todo esto, soy como soy gracias a vosotros. También quisiera pediros perdón si alguna vez no hice lo correcto, si esperabais más de mí. Si habéis derramado lágrimas que llevaban mi nombre. De veras os pido disculpas.

Tengo en los ojos infinitos corazones,

tengo en las pupilas, cientos de recuerdos.

Tengo entre las manos saquitos de alegría

y yo uno a uno, los regalo a discrección.

Dicen que los amigos se cuentan con los dedos de una mano,

yo digo que los amigos no se cuentan, se llevan en el corazón.

Gracias por como sois, y hacerme ser como soy.